Javier Gutiérrez “Coyote”, artista plástico y novelista gráfico, es el creador de La devoradora, proyecto atrevido como pocos dentro del cómic mexicano. Psicodelia activa es una selección de pinturas y dibujos del autor que en su opinión refieren “a la capacidad de controlar el efecto de disociación cognitiva a un universo divergente, involucrando nuevas perspectivas y estados alterados”.

El panfleto es un género literario que es considerado menor debido a su servidumbre política. Sin embargo, hay quienes han hecho de este una verdadera obra de arte. Baste recordar el valor literario del panfleto más celebrado de la historia, el Manifiesto comunista de Marx y Engels, o el polémico escrito antisemita Bagatelles pour un massacre de Louis-Ferdinand Céline. Paul-Louis Courier (1772-1825), nos dice Asael Soriano, dedicó su vida al cultivo suculento del vino y los panfletos, en estos defendía el derecho a que la gente se gobierne sola y denunciaba cualquier forma de adoctrinamiento. Stendhal llegó a decir de Courier que era “el hombre más inteligente vivo en Francia”.

La poeta jordana Rasha Awale nos presenta una visión de la muerte desde un humor ácido y demoledor, que sin embargo está impregnado por una conciencia muy honda del devenir humano y su inevitable patetismo. Una invitación a morirse “bien”, sin los molestos protocolos del dramatismo, la lástima o la autocomplacencia: “No dejes ninguna nota. /Tu letra no se entiende/ y no hay nada peor que una nota suicida confusa… No quieres hacer sufrir a nadie./ Ya es suficiente con que te vayas pronto”. Al final, se trata de una advertencia de la imperiosa necesidad de recuperar, en el último instante, la dignidad que no se tuvo a lo largo de una vida de miseria humana: “No te pintes / Ya bastantes máscaras usaste/ Lo que buscas es una muerte honesta…”. La excelente traducción es de Agustín Cadena.

El proyecto colaborativo fotográfico “El cuerpo re-significado: Espectro remoto” es la primera serie colaborativa entre el fotógrafo mexicano David G. Martínez y la antropóloga polaca Karolina Pasionek, y tiene como una primera intención la búsqueda de una ficción narrativa entre tiempo, espacio y cuerpo, mediante posibles transfiguraciones sugeridas por puntos de referencia corporal, formas y texturas dentro de un espacio decadente, abandonado y espectral. La serie aborda un diálogo tecnológico en donde la textura del haluro fotográfico y su descomposición son parte del discurso estético, mediante la apropiación y manipulación digital del antiguo formato fotográfico y su yuxtaposición con la metaimagen contemporánea a partir de un soporte digital portátil.

El presente ensayo es una breve reflexión sobre el papel del arte en nuestros días a partir de la multipremiada película Roma. Tomado como fuente la sentencia del filósofo francés Jean Baudrillard de que “vivimos en un mundo de simulación” en donde “la más alta función del signo es hacer desaparecer la realidad y, al mismo tiempo, enmascarar esta desaparición”, Frida López Rodríguez entiende el hiperrealismo desplegado en la película del mexicano Alfonso Cuarón como una sucesión de simulacros que suplantan a la realidad. Esto es así porque en la cultura del simulacro (otra manera de nombrar a la sociedad del espectáculo), el hiperrealismo en el arte cumple la tarea de disimular la ausencia de sentido. Ya sólo quedan simulacros.

En un bello ensayo, Pável Granados se sumerge en los grandes temas que componen la obra de José Emilio Pacheco: la memoria, la vida como un constante aprendizaje, la tristeza como un sentimiento “que pasa y se va a reunir con todas las aguas”, y la nostalgia, “ese volver a pasar el tiempo entre las manos”. Al mismo tiempo, es un repaso por el pensamiento de Pacheco, su labor crítica, sus ideas políticas afines al anticolonialismo, y sus ideas literarias, “ese deseo de dialogar constantemente con la tradición”.

“Antes de la colmena” es un alucinante relato lleno de imágenes y reflexiones inquietantes, que muestran una mente obsesionada por los límites y las posibilidades de pensar y percibir la realidad de una forma extrema; una prosa ácida que lo pone todo en cuestionamiento: los sistemas económicos, políticos e ideológicos; la tiranía de lo cotidiano y las convenciones, la forma de armar las nociones básicas con que habitamos la realidad. Una hiperconciencia que nos hace pensar sobre el papel del ser humano en un mundo “demasiado hecho”, y una defensa de la imaginación y de las potencias creativas frente al deterioro de la vida. Es también, mediante las aventuras de Eddie Hazel y su banda de inadaptados, un relato de la locura y las infinitas posibilidades que esta ofrece… Y en medio de esta espiral de destrucción, la música es lo único que todo lo reivindica.

El historiador del arte Georges Didi-Huberman ha planteado una novedosa forma de pensar la exposición artística como un lugar donde debe incitarse el cuestionamiento y la acción. En Didi-Huberman, nos dice Amira Baltézar, los museos, las galerías, incluso conceptos como el “montaje”, dejan de ser un recinto neutro para convertirse en un espacio político; “un llamado a tomar postura”.

Como un homenaje a Rosa Luxemburgo cien años después de su cobarde asesinato, Pável Granados escribe un emotivo ensayo que toca puntos esenciales de la gran teórica marxista: el papel fundamental de la Liga Espartaquista en la lucha obrera alemana, su brillante premonición en cuanto a la “mundialización del capitalismo”, y su influencia en la ideología anticapitalista de la actualidad. Granados ha trazado una de las pinturas más certeras de la revolucionaria polaca: “Rosa Luxemburgo, dicen, caminaba con gran seguridad: pequeñita, con su gran cabeza, su rostro serio, categórica al hablar, imponente como oradora. Y frágil, sin embargo. No lo era su convicción”.

A un siglo del brutal asesinato de Rosa Luxemburgo, “el Águila de la Revolución” según palabras de Lenin, publicamos un ensayo en torno a una de las pensadoras marxistas y revolucionarias más importantes de las primeras décadas del siglo XX europeo. La profundidad y pluralidad de sus escritos, su lucha por la “crítica libre y franca” a favor del movimiento obrero europeo, sus extraordinarias dotes de oradora, son algunos aspectos que resalta Daniel Orizaga en este lúcido homenaje.

El cine mexicano que ha abordado la extrema violencia que se vive en México desde hace varios sexenios, nos dice Luis Fernando Gallardo, ha sido un elemento esencial para romper el pacto de censura entre el gobierno y los medios de comunicación. Se trata de un tipo de cine que es a un tiempo arte, documento y denuncia, pues ha puesto en los ojos del mundo problemáticas como los muertos del narcotráfico, el drama de los migrantes o el horror de los feminicidios. Cintas como “El violín” (2005) de Francisco Vargas, “Las elegidas” (2015) de David Pablos, o “Tempestad” de Tatiana Huezo (2016), confirman lo que dice Gallardo: “La realidad es tan cruda que los artistas toman dictados de la realidad. No es necesario crear mundos”.

Nuestro discurso sobre la violencia hasta ahora ha sido elaborado exclusivamente en el lenguaje político. Sólo cabe pensar la violencia, o bien, como la ausencia de un Estado que nos proteja a los ciudadanos del caos, o bien, como el exceso de ese orden institucional que termina aplastando a quienes se supone debería resguardar. La violencia entendida de esta manera, se ha representado simbólicamente en las figuras bíblicas del Leviatán y de Behemoth. “Pero”, se pregunta Francisco Barrón, “¿se nos escapa alguna forma de violencia al quedar situados en este plano político?” Barrón propone la elaboración de un discurso estético de la violencia, que nos permita entenderla como el mantenimiento de las condiciones sensibles que reproducen cuerpos humanos a disposición de las pasiones de otros cuerpos humanos. Es decir, aquellas condiciones que posibilitan que unos cuerpos sean utilizados, desgastados y agotados para el goce desmedido de otros.