¿Hay una cualidad especial en el suicidio de los filósofos a lo largo de la historia? ¿Es una muerte más? Francisco Barrón hace un paseo por suicidios de filósofos celebres (desde Sócrates, Séneca y Walter Benjamin, hasta pensadores como Guy Debord y André Gorz) con la intención de buscar patrones o un discurso que establezca un grado de “excepcionalidad” en estas muertes. De la desesperación a la tragedia, dice Barrón, hay un “sentido mayor” en estas muertes; “un esplendor y un estallido que seca la desgracia”, según Gilles Deleuze.

El libro de Octavio Solís, “Epifanía política. Del enamoramiento colectivo a la eficacia política”, es un tratado que investiga las causas en que emerge todo movimiento social: algo muy parecido al enamoramiento donde interviene la ideología, la praxis, pero también la fe. Al mismo tiempo, es un análisis del momento histórico que actualmente vive México (que pareciera experimentar esa suerte de epifanía), y es un llamado a refundar las izquierdas desde un análisis crítico de sus fracasos. En algún momento, dice Solís, las izquierdas deben llegar al poder y crear una memoria dese el triunfo.

“El principal legado de Carlos Pereyra (1940-1988), es la realización de una obra que se plantea siempre como intervención política”, nos dice Alfonso Vázquez de uno de los intelectuales que más contribuyó a la formación de la izquierda mexicana en la década de los setenta y ochenta. A sus aportes sobre el papel del sujeto de la historia, se suma una gran cantidad de artículos dispersos en publicaciones como La jornada, Siempre, Nexos y Cuadernos Políticos (de la cual fue fudador). Uno de los aportes fundamentales del pensamiento de Pereyra, añade Vázquez, es su crítica al marxismo, la falta de una discusión más amplia en torno al papel de la política en el espacio social (su repliegue al economicismo y a la visión sociológica de la lucha de clases), lo cual derivaría en un “radicalismo despolitizado”. La relectura de Pereyra es fundamental para los momentos que vivimos en México y en América latina.

Bolívar Echeverría (1941-2010), nos dice Mateo Martínez Abarca, “fue un intelectual que creía firmemente en la posibilidad de una modernidad alternativa… la constitución de una sociedad humana y universal”. El presente trabajo es una mirada crítica al trabajo del pensador ecuatoriano, desde su estadía en Alemania, hasta su intenso activismo político en México, donde resalta su participación en el movimiento estudiantil de 1968. En nuestro país colaboró en proyectos editoriales como la casa ERA y las revistas “Cuadernos políticos”, “Economía política” y “Theoría”. En la Universidad Nacional Autónoma de México encontró un espacio para la producción y discusión de las ideas, contribuyendo al desarrollo del pensamiento crítico marxista de la segunda mitad del siglo XX en América latina.

“El futuro es hoy. Ideas radicales para México”, libro editado por Humberto Beck y Rafael Lemus, expone alternativas frente a la idea de que no es posible otro camino que el dictado por el sistema neoliberal. Desde posturas ambientalistas, de género, autogestivas, o que retoman cuestiones como la migración o la legalización de las drogas, el presente trabajo abre el horizonte de expectativas para el México actual.

En la presente entrevista, Humberto Beck, fundador de la revista Horizontal, habla del libro “El futuro es hoy. Ideas radicales para México” (editado a cuatro manos con Rafael Lemus y publicado por Biblioteca Nueva) donde reúnen ensayos que abordan una serie de perspectivas para el México que se está construyendo, desde posturas de género, ambientalistas, culturales, hasta visiones que retoman temas como la legalización de las drogas, la migración y la autodeterminación de los pueblos originarios. Una entrevista indispensable para entender la multiplicidad de aspectos que conforman el México actual.

El presente ensayo aborda la influencia del filósofo alemán Friedrich Nietzsche en la obra cinematográfica de Stanley Kubrick. El cineasta Luis Gallardo nos dice que en la célebre cinta “2001: Odisea en el espacio”, hay un constante diálogo con “Así hablaba Zaratustra”, y esto se ve en el duro cuestionamiento al destino de la humanidad que hace el cineasta, basándose en los valores y fundamentos del súper hombre nietzscheano.