Mauricio Alejo

Los objetos familiares tienen un lugar en nuestro entorno y pareciera que encajan a la perfección en un mapa natural del mundo. Lo que hago es acercarlos a una nueva narrativa, la cual no obedece a su funcionalidad, sino que en su mayoría se deriva de una intuición específica que tengo sobre el espacio, el tiempo, la materialidad, el desplazamiento o fuerza física.

Gran parte de mis piezas provienen de pensamientos que aún no están formados como ideas. Los resultados, ausentes de un significado explícito o metáfora, apuntan en todas las direcciones. El remanente psicológico creado por la violencia infligida en esta narrativa, en ocasiones se presenta como absurdo, aunque esto es únicamente un derivado de lo que es en realidad: una experiencia primitiva —y de alguna manera, idiosincrática— del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Parte de la obra de Mauricio Alejo subsiste en la metonimia: con un gran sentido del humor, transgrede el orden habitual para sustraer un sentido poético, descodificado, y así desbordar otros significados con un efecto extraordinario. Su potente metamorfosis radica en crear otras narrativas y relaciones posibles; como  convertir un racimo de plátanos en constelaciones planetarias. Los objetos pasan a ser acontecimientos que cuestionan la mera utilidad y su funcionalidad, evidenciando la explosiva imaginación de Alejo: un acto de desplazamientos, de ocurrencias, de pensamientos que nos liberan de los límites.

Amira Baltézar

 

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Mauricio Alejo estudió la Maestría en artes en NYU (2000-2002). Su trabajo se ha exhibido en diversos espacios como el Museo Rufino Tamayo en la Ciudad de México, la Bienal de la Habana, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid y el CCA Wattis Institute for Contemporary Art en San Francisco.

 

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