A lo largo de casi nueve décadas, el Fondo de Cultura Económica ha detenido el tiempo para recuperar los instantes en que se ha formado el pensamiento contemporáneo. La revisión crítica de la historia, el análisis filosófico, la investigación y el rescate de las culturas antiguas, la elaboración de estudios sobre el comportamiento de las sociedades, la divulgación de admirables obras literarias, son tareas que esta casa ha realizado. Ha reunido con criterio impecable las diversas manifestaciones de una comunidad creativa, ha abierto el aula universitaria para los lectores en castellano, ha sido la academia que por décadas viene diseñando el coloso imaginario de la América hispana. Breviarios es una de las mejores colecciones que ofrecen un amplio panorama de la cultura universal; la Gaceta es una de las más notables publicaciones periódicas nacionales; Letras Mexicanas ha publicado varias de nuestras obras mayores; aquí están los libros de nuestros grandes poetas: Sor Juana Inés, Ramón López Velarde, Octavio Paz, Xavier Villaurrutia, Gilberto Owen, Jorge Cuesta, Enrique González Martínez, Rubén Bonifaz Nuño, Efraín Huerta, Marco Antonio Montes de Oca, Tomás Segovia, José Emilio Pacheco, José Gorostiza; aquí Alfonso Reyes dejó una de las obras capitales del siglo xx, Juan José Arreola instauró una manera de hacer cuento con su Confabulario, y en septiembre de 1954, Juan Rulfo entró a la oficina de Alí Chumacero con 127 cuartillas mecanografiadas de una de las novelas más bellas escritas en castellano: Pedro Páramo.
Leopoldo Lezama
Al cumplirse medio siglo de la publicación de Pedro Páramo, el reconocido crítico literario Samuel Gordon escribió uno de los ensayos más puntuales sobre el origen de la novela mexicana más famosa. Así mismo, es quizás el único estudioso que pudo hacer un análisis comparativo entre los dos mecanuscritos de la novela, la titulada “Los murmullos” entregada al Centro Mexicano de Escritores, y “Pedro Páramo”, entregada al Fondo de Cultura Económica para su publicación.
En el presente ensayo, Rodrigo García Bonillas estudia el papel esencial que juegan los animales en el primer libro de Juan Rulfo. El carácter y el destino de los personajes están ligados a la relación que tienen con las cincuenta especies de animales que pueblan El Llano en llamas.
Pedro Páramo es uno de los ejemplos más altos del arte literario en lengua castellana. Sin embargo, su recepción inicial no fue favorable: se leyó como una novela caótica y fallida. En este ensayo, apoyándose en el formalismo ruso y el concepto “desautomatización”, Karla Urbano desmenuza muchas de las razones por las cuales la novela de Juan Rulfo es una obra de arte.
En el centenario de Juan Rulfo, cuando se han multiplicado los homenajes, estudios y reediciones de su obra, México está viviendo una de las épocas más violentas de su historia. Una historia oscura, donde el asesinato y el despojo han marcado el destino de un pueblo sometido por el hambre y la violencia. Por eso Rulfo no es sólo el escritor mexicano universal, sino el que mejor supo leer el devenir funesto de la sociedad mexicana.
En su obra, Mauricio Alejo juega con los objetos cotidianos que inundan nuestro entorno doméstico y les da un nuevo significado. Estos desplazamientos de la “función” original de las cosas, nos hace partícipes de un ambiente alucinante: una cama con un agujero en el centro, un conjunto de pinzas que se yerguen como un animal extraño, un libro fungiendo como base de la esquina de un muro, nos recuerdan que el universo de sentido hasta de las cosas más ordinarias es interminable cuando son tocados por la imaginación creativa.
A partir de los experimentos con electricidad con fines clínicos que hizo el doctor Guillaume Duchenne de Boulogne en la segunda mitad del siglo XIX, Miriam Puente realiza la presente “Serie técnica Duchenne”. En ella se plasma con originalidad la geografía estética que Duchenne trazó en sus experimentos, que al ser registrados en series fotográficas, abrió nuevos caminos en la relación entre ciencia y arte.
La historia de la filosofía en México está marcada por un oficialismo y una normatividad que marcan nuestra manera de entenderla. El filósofo José Francisco Barrón nos habla de la necesidad de leer y practicar la filosofía en México desde una crítica de su historia institucionalizada, y también de sus prejuicios y manías.
A partir de su obra El silencio de los dioses (2004), Luis Alberto Ayala Blanco profundiza en una idea que permeará toda su obra filosófica y literaria: la divinidad o lo irrepresentable, de lo cual se desprende la propia existencia. Mediante esta charla nos introducimos a la obra de un escritor de un lúcido pesimismo, que no obstante, en todo momento reafirma la existencia.
A partir de series como “Cerrado los lunes” y “Full Frame”, que abordan la experiencia del espectador en los museos, el fotógrafo Nicola Lorusso reflexiona en torno a cuestiones fundamentales de la fotografía como el tiempo, el espacio y los límites entre la realidad y la ficción. También ofrece su punto de vista sobre el panorama de la fotografía actual en México y sobre la compleja tarea de hacer fotografía en tiempos de la saturación de la imagen.
El presente ensayo aborda la influencia del filósofo alemán Friedrich Nietzsche en la obra cinematográfica de Stanley Kubrick. El cineasta Luis Gallardo nos dice que en la célebre cinta “2001: Odisea en el espacio”, hay un constante diálogo con “Así hablaba Zaratustra”, y esto se ve en el duro cuestionamiento al destino de la humanidad que hace el cineasta, basándose en los valores y fundamentos del súper hombre nietzscheano.
El editor y escritor Luis Alberto Ayala Blanco relata sus experiencias en el orbe editorial hispanoamericano, donde destaca la creación de la editorial Sexto Piso, y la dirección de la Gaceta del Fondo de Cultura Económica. Estos espacios constituyen una forma de ver el universo editorial, lejos de la mera dinámica comercial y de los tópicos que restringen la literatura y el pensamiento.