La poeta jordana Rasha Awale nos presenta una visión de la muerte desde un humor ácido y demoledor, que sin embargo está impregnado por una conciencia muy honda del devenir humano y su inevitable patetismo. Una invitación a morirse “bien”, sin los molestos protocolos del dramatismo, la lástima o la autocomplacencia: “No dejes ninguna nota. /Tu letra no se entiende/ y no hay nada peor que una nota suicida confusa… No quieres hacer sufrir a nadie./ Ya es suficiente con que te vayas pronto”. Al final, se trata de una advertencia de la imperiosa necesidad de recuperar, en el último instante, la dignidad que no se tuvo a lo largo de una vida de miseria humana: “No te pintes / Ya bastantes máscaras usaste/ Lo que buscas es una muerte honesta…”. La excelente traducción es de Agustín Cadena.