La tarde del pasado 19 de septiembre, el fotógrafo Rodrigo Rodríguez salió a las calles de la ciudad de México a recoger imágenes del sismo. Sus fotografías representan uno de los acervos más sorprendentes del desastre, pero también de la oleada de solidaridad y participación ciudadana, que hoy representa la vanguardia en la construcción de una nueva ciudad.

El crítico de cine Luis Gallardo nos habla de la enorme dificultad de llevar a la pantalla grande la obra de Juan Rulfo, lo que se ha visto en los fracasos de las dos adaptaciones de “Pedro Páramo”, la de Carlos Velo de 1967, y la de José Bolaños de 1978. En ambas cintas (además de no ser muy fieles a la novela) no logra sentirse el hondo lenguaje poético de Rulfo, y las muchas características linguísticas, textuales, que hacen grande la obra del narrador jaliscience.

Juan Rulfo es uno de los escritores que mejor entendió el abuso de poder y la violencia que se ha vivido en México. Por su propia experiencia, el asesinato de su padre y el conflicto Cristero que vivió de niño, el escritor jaliscience vivió de cerca la violencia, pero supo transformarla en una obra poética inmortal.

Durante más de sesenta años, los lectores de Juan Rulfo han querido conocer la verdadera ubicación de la mítica Comala. Muchos creen que se trata del poblado ubicado en Colima con el mismo nombre; sin embargo, su clima cálido y su tierra fértil nada tiene que ver con esa tierra árida que se halla “en la mera boca del infierno”. Remitiéndonos a una anécdota del poeta chiapaneco Eraclio Zepeda y a la propia obra de Rulfo, hoy ofrecemos una tesis de la identidad de la verdadera Comala.

A lo largo de casi nueve décadas, el Fondo de Cultura Económica ha detenido el tiempo para recuperar los instantes en que se ha formado el pensamiento contemporáneo. La revisión crítica de la historia, el análisis filosófico, la investigación y el rescate de las culturas antiguas, la elaboración de estudios sobre el comportamiento de las sociedades, la divulgación de admirables obras literarias, son tareas que esta casa ha realizado. Ha reunido con criterio impecable las diversas manifestaciones de una comunidad creativa, ha abierto el aula universitaria para los lectores en castellano, ha sido la academia que por décadas viene diseñando el coloso imaginario de la América hispana. Breviarios es una de las mejores colecciones que ofrecen un amplio panorama de la cultura universal; la Gaceta es una de las más notables publicaciones periódicas nacionales; Letras Mexicanas ha publicado varias de nuestras obras mayores; aquí están los libros de nuestros grandes poetas: Sor Juana Inés, Ramón López Velarde, Octavio Paz, Xavier Villaurrutia, Gilberto Owen, Jorge Cuesta, Enrique González Martínez, Rubén Bonifaz Nuño, Efraín Huerta, Marco Antonio Montes de Oca, Tomás Segovia, José Emilio Pacheco, José Gorostiza; aquí Alfonso Reyes dejó una de las obras capitales del siglo xx, Juan José Arreola instauró una manera de hacer cuento con su Confabulario, y en septiembre de 1954, Juan Rulfo entró a la oficina de Alí Chumacero con 127 cuartillas mecanografiadas de una de las novelas más bellas escritas en castellano: Pedro Páramo.
Leopoldo Lezama