Charles Bukowski es un referente para cualquier escritor en ciernes que vive o se percibe marginal, y Samuel Segura (Ecatepec, 1987) da cuenta de ello en el presente relato, testimonio del encuentro impar y fantasmal entre dos aspirantes a novelistas que se conocen en uno de los tantos talleres literarios que desbordan la Ciudad de México. Aunque existe una diferencia considerable de edad entre el sexagenario Doktor -profesor retirado y amante de la literatura rusa del siglo XIX- y el joven escritor de Por tu maldito amor, borrador de novela que narra las aventuras de un grupo de inexpertos mariachis en busca de un nombre en la música popular mexicana, ambos logran conectar gracias al libro Pulp, última novela del mencionado escritor norteamericano muerto hace ya veintiséis años.

Rey Mono, un admirable relato del siglo XVI chino, es una de las obras más fascinantes de la literatura universal, donde se conjuga la novela de aventuras, la filosofía del Tao y el budismo, la alquimia y las mitologías orientales, todo construido bajo un alucinante lenguaje poético. La peregrinación del monje Tripitaka a la India acompañado de tres mágicos discípulos en busca de las antiguas escrituras del budismo, es el tema de esta obra monumental, que hoy llega a nuestro país traducido magistralmente por Wendolín Perla.

Roxana Sámano escribe, desde la incertidumbre del presente, sobre el escritor chileno Pedro Lemebel (1952-2015), quien irrumpió en las letras y cultura chilena a mediados de los años ochenta del pasado siglo, para subvertir, incomodar y aportar un nuevo lenguaje capaz de desequilibrar la moral de la sociedad de su tiempo -la conservadora y la revolucionaria-. “No soy Pasolini pidiendo explicaciones, no soy Ginsberg expulsado de Cuba, no soy un marica disfrazado de poeta. No necesito disfraz. Aquí está mi cara. Hablo por mi diferencia. Defiendo lo que soy y no no soy tan raro” sentenció Lemebel, maquillado y vestido de tacones, en un acto político de los partidos de izquierda en septiembre de 1986, en Santiago de Chile.

La gran novela de Virginia Woolf publicada en 1928, es revisada con lucidez y deslumbramiento por Pável Granados, quien hace un reconocimiento a la gran autora inglesa que sublimó el poder de la sexualidad y sensibilidad femenina a través de la construcción de Orlando, un personaje memorable en la historia de la literatura. Sátira del género autobiográfico, de la figura del escritor masculino y de los propios valores de la sociedad inglesa de los últimos cuatro siglos, en el Orlando de Virginia Woolf, dice Granados: “Todo está puesto como por descuido y de manera natural para que la vida de Orlando pase con suavidad por entre las épocas”

El presente es un relato insólito dentro de las historias que rodean al mítico editor mexicano Huberto Batis: se trata de un paseo por el cementerio Veinte de Noviembre, al sur de la Ciudad de México, capturado de manera formidable por la fotógrafa Moramay Herrera Kuri. En este extraño recorrido, entre sugestivas historias de difuntos, Batis contó un sueño donde describe el encuentro con su propia tumba.

Desgrasia Jubenil es una banda punk no porque cumplan con esta etiqueta de vestimenta casi de uniforme, sino por todo lo que les rodea: canciones rápidas con pocos acordes, letras politizadas y rechazo a los patrocinadores y el éxito comercial. Pero, sobre todo, porque enarbolan el cinismo en su sentido original y crítico: viven de acuerdo a su naturaleza y desprecian el progreso y la civilización. “La civilización es el mal y la felicidad es la autarquía”.

Ante la preponderancia de un discurso basado en nacionalismos ficticios; ante la elaboración de una historia oficial elaborada bajo el interés de justificar una ideología dominante, Sergio Osorio propone una enseñanza de la historia que fomente un sentido de pertenencia tomando en cuenta la herencia de la memoria colectiva y una identidad del individuo con su comunidad. Una historia “viva, renovada y crítica”, que se nutra a partir de la multiculturalidad, las diferencias ideológicas y el sentido de la justicia social.

Una vieja casa llena de gatos que perteneció a un poeta del siglo XIX, es el mayor miedo de un hombre, que ha descubierto que aquellos gatos ¡hablan! ¿Estamos ante un cuadro de locura o ante un evento fantástico? “Pero sé que los gatos de esa casa hablan; los he escuchado en otras ocasiones y ni siquiera tengo la satisfacción de decir que me han revelado algo de lo mucho que han de saber. Me dicen sólo lo necesario para angustiarme: un saludo, una frase suelta”.

Hospital de México, proyecto en solitario del compositor defeño Esteban, se recrea sin complejos en un sonido sucio y aparentemente descuidado, casi de grabación casera, para pescar el espíritu perennemente ruidoso y violento de la Ciudad de México. Las letras de sus canciones no son menos crudas y directas, cercanas a la crónica y a la poesía desenfadada y marginal. Hospital, es uno de esos proyectos de música contaminada que dan oxígeno a la escena musical y hasta literaria actual, y cuyo material amerita ser escuchado, como toda gran obra, de principio a fin.