Rey Mono, un admirable relato del siglo XVI chino, es una de las obras más fascinantes de la literatura universal, donde se conjuga la novela de aventuras, la filosofía del Tao y el budismo, la alquimia y las mitologías orientales, todo construido bajo un alucinante lenguaje poético. La peregrinación del monje Tripitaka a la India acompañado de tres mágicos discípulos en busca de las antiguas escrituras del budismo, es el tema de esta obra monumental, que hoy llega a nuestro país traducido magistralmente por Wendolín Perla.

Roxana Sámano escribe, desde la incertidumbre del presente, sobre el escritor chileno Pedro Lemebel (1952-2015), quien irrumpió en las letras y cultura chilena a mediados de los años ochenta del pasado siglo, para subvertir, incomodar y aportar un nuevo lenguaje capaz de desequilibrar la moral de la sociedad de su tiempo -la conservadora y la revolucionaria-. “No soy Pasolini pidiendo explicaciones, no soy Ginsberg expulsado de Cuba, no soy un marica disfrazado de poeta. No necesito disfraz. Aquí está mi cara. Hablo por mi diferencia. Defiendo lo que soy y no no soy tan raro” sentenció Lemebel, maquillado y vestido de tacones, en un acto político de los partidos de izquierda en septiembre de 1986, en Santiago de Chile.

La gran novela de Virginia Woolf publicada en 1928, es revisada con lucidez y deslumbramiento por Pável Granados, quien hace un reconocimiento a la gran autora inglesa que sublimó el poder de la sexualidad y sensibilidad femenina a través de la construcción de Orlando, un personaje memorable en la historia de la literatura. Sátira del género autobiográfico, de la figura del escritor masculino y de los propios valores de la sociedad inglesa de los últimos cuatro siglos, en el Orlando de Virginia Woolf, dice Granados: “Todo está puesto como por descuido y de manera natural para que la vida de Orlando pase con suavidad por entre las épocas”

Una vieja casa llena de gatos que perteneció a un poeta del siglo XIX, es el mayor miedo de un hombre, que ha descubierto que aquellos gatos ¡hablan! ¿Estamos ante un cuadro de locura o ante un evento fantástico? “Pero sé que los gatos de esa casa hablan; los he escuchado en otras ocasiones y ni siquiera tengo la satisfacción de decir que me han revelado algo de lo mucho que han de saber. Me dicen sólo lo necesario para angustiarme: un saludo, una frase suelta”.

En esta breve ciencia ficción, Mauricio Patrón Rivera, cual oráculo de Delfos, sacude la amnesia provocada por el trauma. Volcada en un tiempo futuro, y en abierta referencia al filme de culto El planeta de los simios (Franklin Schaffner, 1968), Segunda visita del Eternal Hispanic narra la misión de exploración y reconocimiento, post-apocalíptica, de dos argonautas siderales, en donde la memoria y la consciencia especular develan la identidad real de los antiguos dueños de la tierra.

Es en Mazatlán, Sinaloa, donde comienza su carrera literaria una de las cumbres del modernismo hispanoamericano: Amado Nervo. Parte importante de esa primera obra, nos dice Pável Granados, la escribió en “la crónica semanal, en la narración de los bailes, las serenatas, las escenas cotidianas, la disciplina de consignar frases corrientes, la vida de las calles”. Al tiempo que arroja luz a una etapa no muy conocida de la obra de Nervo, Granados rescata la tradición musical mazatleca de entonces, y sus representantes y géneros célebres, como el vals, “primer baile de pareja, lo que permitía a un galán murmurar palabras al oído de su enamorada mientras la tomaba por el talle”.

En la presente selección poética, Josué Ramírez (Ciudad de México, 1963), entreteje un diálogo íntimo con la tradición poética castellana, desde el sueño radiante de Sor Juana Inés, las rimas imposibles de Ramón López Velarde, y un memorable encuentro con el poeta Gonzalo Rojas una tarde soleada de 1996. Josué Ramírez es una sensibilidad que despierta en medio de la llamarada negra que consume a los seres humanos, con la consigna de enfrentar las sombras. Una celebración al privilegio de estar vivos y un dejarse encantar nuevamente por el árbol, el colibrí y el vaso de agua. Es un poeta que se sumerge en las amarguras del mundo, para, al final del trayecto, proponer una luminosidad nueva: la bondad y la poesía.

“Vivir entre las páginas de un libro es vivir en un laberinto”, nos dice Pável Granados en esta excelente reseña de “Jorge Luis Borges”, libro de José Emilio Pacheco, que contiene las conferencias que pronunció el poeta mexicano en el Colegio Nacional con motivo del centenario del narrador argentino. Se trata de un homenaje a Borges por el autor de “Las batallas en el desierto”, pero a su vez, un reconocimiento de Pável Granados a José Emilio Pacheco: “el autor que elige minucias aparentes para confeccionar sentidos más amplios”. “Pacheco viaja por el laberinto que fue Borges: especula en torno a las circunstancias que dieron como resultado una literatura que llamamos Borges.”

En los cuentos de Sergio Osorio (Estado de México, 1981), la fragilidad de la vida cotidiana se quiebra, dejando al descubierto los abismos de las relaciones humanas. En la presente antología, se aprecia un narrador de una luminosidad que, en su intento de alcanzar las frías periferias de sus propios recuerdos, deviene en sombra: casas cubiertas de humedad, “porque el sol no toca sus muros”; niños que padecen su soledad en medio de ambientes hostiles, o aquella mujer que no puede cuidar a sus hijos porque la depresión la tienen postrada en la cama. Sin embargo, este resplandor alcanza lugares del espíritu humano, que por su complejidad a menudo son inaccesibles. Se trata de un viaje por los subsuelos de esa normalidad de la vida ordinaria, que un día, sin previo aviso, nos enseña que todo es un engaño.

En la presente reseña, Pável Granados emprende dos búsquedas; la Europa comunista que Gabriel García Márquez visitó a finales de los años cincuenta, y el origen de muchas de las conceptualizaciones e ideas literarias que el escritor colombiano desarrolló años después en sus novelas más célebres. La impresión que dejó en el narrador un país como la Unión Soviética (ese mundo “desproporcionado y extraño”), lo situó en un plano donde lo exótico participaba en un juego de ida y vuelta. El paseo por territorios insólitos dejaron en el autor experiencias que con el tiempo se convirtieron en motivos literarios, pero también fue una suerte de espejo que lo puso enfrente de su propia riqueza imaginativa.

Roxana Sámano explora en este poema breve, el soterrado fracaso existencial que nos ha desvelado nuestra presente temporada en el encierro, confinados desde que nacemos en nuestros muy particulares cuartos sin ventanas. “Todo encierro es un relato de realidad pausada, de resistencia relativa que se deja traicionar por la similitud de los días”.

Carlos Monsiváis (1938-2010) ejerció la casi imposible tarea de capturar las expresiones que delinean el perfil de una comunidad en crecimiento. Vio, paso a paso, cómo se fue construyendo nuestra cultura. La historia anterior y la reciente, la literatura, el periodismo, los héroes populares, los grandes movimientos y cambios sociales, la crítica a la transición democrática, la defensa del Estado laico y la diversidad sexual, el cine, la música, la investigación iconográfica, la sátira frente a las ineptitudes del poder, hallaron su portavoz inteligente.