Sonidos Basuritas es un proyecto de sonidos de la Ciudad de México, que han sido rescatados de morir en el olvido, gestado durante el encierro que no acaba. Una percusión, un sintetizador, cualquier generador de ruido o grabaciones de campo, fueron el pretexto para crear 25 sonidos basuritas, materializados en el álbum: “Baja fidelidad”. Piezas como “Bikina conoce el amor”, “Androide y su colección de celuloide”, “Danza azteca con Barman y Droguin”, “Obesidad policiaca (puerco come puerco)” y “Patriotas, idiotas, babotas”, cuentan historias retorcidas, cómicas, obscenas y “feítas”. Todas estas grabaciones se escuchan con nostalgia y familiaridad, saben a calle y, sobre todo, a tianguis.

El mundo del conocimiento actual coloca a la racionalidad como el criterio predominante para decidir qué enunciación es tomada en cuenta y cuál no. No obstante, si la ciencia es una disciplina autocuestionable, entonces ¿por qué no validar aquello que es nombrado como lo sagrado? La objetividad cientificista ha reducido lo que se desarrolla al interior del espíritu humano. Este escrito se suma al intento de recuperarse como unidad en este tiempo dividido en especialidades y existencia, sólo con el fin de recordar que estamos conectados.

El movimiento de artistas De Genere, originario de la ciudad de Querétaro, México, presenta su plataforma interdisciplinaria de expresión artística y convoca a la elaboración y diseño de carteles que abran un diálogo con y sobre De Genere, con carácter internacional y con el fin de expandir y entrelazar las voces de aquí y de allá. 

Rodrigo Ambriz es un improvisador vocal mexicano que construye sus piezas a partir de técnicas vocales extendidas y de la manipulación de cintas magnéticas, circuitos modificados, generadores de ruido, sampleos y pedales de distorsión. Entre sus obras destacan sus álbumes “Una silueta se precipita en arcadas” del sello discográfico polaco Szara Reneta y “La impaciencia de los abismos” producido por el propio Ambriz. Ha formado los proyectos Cacophonic Joy – proyecto solista que explora con los desechos vocales y las altas frecuencias-, (SIC) -en dúo con el baterista Julian Bonequi- y la banda de free jazz/hardcore Ensamble Atrocidad. A la par de una búsqueda visual y corporal, su música es el resultado de una acción más o menos controlada que tiene intenciones que van más allá de lo musical.

En el marco de la Gran Feria del Ajedrez convocada por  la UNAM en el año 2010 como parte de las celebraciones de su centenario, visitaron la Ciudad de México dos de los más grandes ajedrecistas de todos los tiempos y los máximos campeones mundiales: los rusos Garry Kasparov y Anatoli Karpov. Sin demasiados reflectores, se presentó también la húngara Judit Polgar, considerada la mejor ajedrecista de la historia y la primera y única hasta el día de hoy, en obtener una puntuación superior a los 2700 Elo de la clasificación de la FIDE, además de haber  ostentado el título de campeona mundial femenil desde 1989 hasta su retiro en 2014.  El reportero Heriberto Mojica tuvo la oportunidad de conversar con esta magnífica ajedrecista para la radio cultural universitaria Radio UNAM y hoy, en exclusiva para la revista Máquina,  presenta la entrevista inédita. En ésta, Polgar comparte su experiencia única como competidora de élite en los torneos absolutos integrados casi exclusivamente por hombres, además de ofrecernos su particular visión del prestigioso juego.  

Mabe Fratti es una compositora y multiinstrumentista guatemalteca, que llegó a México en el año 2016 con un cello como única pertenencia; desde entonces, con su música ha abastecido de aire limpio a la escena experimental local. Tan solo en este año cargado de mal agüero, ha estrenado el álbum “Planos para construir” y el EP “Se parece A”, ambas obras en colaboración con otros artistas no menos propositivos como Gibrana Cervantes, Camila Gb, Theo Ellin Ballew y Belafonte Sensacional, entre otros. “La música de Mabe Fratti es bella y trágica” -reseña César Oliveros en su columna Música fea- “una música de luz y sombra en el escenario apocalíptico actual.”

Olivia Paroldi (París, Francia, 1981), es una artista plástica radicada en Cannes, que ha adoptado el grabado como su medio de producción predilecto, ya que le permite “hacer que la calle funcione”. El grabado trashumante de Paroldi da a su trabajo una dimensión accesible y popular, además de hacer visible, a quien se detiene por un momento a observarlo, la propia fugacidad. Y es que su obra se halla inevitablemente expuesta al azar y los avatares del espacio exterior, a la fragilidad misma de la vida natural. “Las estampas pegadas en las paredes -reflexiona Paroldi- conviven con el lugar elegido unos meses antes de que la lluvia y el viento las hagan desaparecer”.

El “Trabajo cultural” es un concepto relativamente nuevo que, por lo regular, es concebido como una práctica creadora y de gestión de espacios que tienen que ver con el arte, la cultura y su difusión. Sin embargo, debe ser pensado dimensionando también su relevancia política. En el presente ensayo, Alfonso Vázquez Salazar (Ciudad de México, 1978) revisa el concepto de trabajo en algunos de sus pensadores más destacados -John Locke, Karl Marx, Louis Althusser, Antonio Gramsci, entre otros- y plantea, a su vez, una definición operativa de la noción de cultura, que permita a los trabajadores de este campo organizarse como tales y reivindicar el carácter político de su propia actividad bajo el gobierno mexicano actual.

El periodista Eleuterio Gabón, nos entrega una crónica de la conferencia de Empar Salvador -autora del libro “El genocidio franquista en Valencia” y presidenta del Fórum per la Memòria del País Valencià- en la Universidad Jaume I de Castellón. En su discurso, la activista denuncia la reiterada injusticia social e histórica en torno al genocidio llevado a cabo en el País Valenciano, último frente de resistencia anarquista, por el franquismo. Este crimen de lesa humanidad permanece ignorado. Aún en la actualidad, el gobierno democrático español, con su legado fascista, se muestra sordo e insensible al reconocimiento de este crimen. Pero la justicia es también la remembranza del pueblo vencido.

En este planeta llamado Tierra, habemos muchos, los más, que lo habitamos en la precariedad, aunque esto no significa que carezcamos de lo indispensable para sobrevivir con decoro: nuestra imaginación. Para salir adelante, en Uruguay, Argentina, Cuba, México, y en otros países y en otros continentes, reutilizamos los desperdicios de las sociedades industriales y de consumo, y los transformamos en un “hecho estético”. “Lo precario”, nos dice Walter Cruz (Salto, Uruguay, 1969), “es lo viejo y desvencijado vuelto a la vida”. Es aquello otro inmaterial que nos habita, aunque se esfume al momento de solo pronunciarlo. Inspirado en esta condición tan humana, el artista plástico uruguayo ha montado la instalación Bordes de lo precario.

Gerardine Cipriani (Rovereto, Italia, 1986), presenta una selección de su obra pictórica expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro con la colectiva Territorio inmaterial. De acuerdo con la propia artista, su obra es el resultado de tres acontecimientos fundamentales: el teatro, la cotidianidad y el cuerpo, todo esto explorado con una técnica realista depurada y crepuscular. Un pensador atraído más por sus robustos e inertes libros que por la fragilidad de los seres vivos, dos enamorados desgraciados pero irremediablemente juntos, la maja desnuda de mediana edad y Cipriani misma respondiendo al llamado de la oscuridad son algunos de los personajes de su meticulosa puesta en escena.

César Oliveros presenta, en su columna Música fea, a Heraldos Negros, proyecto sonoro de Sergio Sánchez, fundador del sello discográfico Ruido horrible, un referente de la música experimental en América Latina. “Heraldos nos ayuda a ver al monstruo que nos habita porque eso que deseamos matar, no es el otro sino nosotros mismos”.